sábado, 24 de septiembre de 2011

Noche de lluvia a principios de otoño

Me quedo con tu olor.
Con la delgada línea
que separa lo bello de lo mediocre.

Recordaré lo bueno.
Toda esta mini-vida
que has protagonizado.

He sido personaje de tebeo,
cómico y reina del drama;
he escrito -o he leído-
esta trama retorcida, cansina ya.

Como una obra por terminar,
olvidada apenas en el escritorio,
dormiremos en un limbo gris.

Antes de dejarte ir,
no diré nada -aunque hay mucho que decir-.
Seré la boca que calla,
la mano que dice adiós,
el rostro que no expresa nada.

Seré una despedida incomprendida.
Una despedida controlada.
Seré algo que no entiendas, 
quizá,
como casi nunca
entendiste lo que pasaba.