Noche inesperada

Ante mí
un horizonte abierto
y un cielo azul que lo abraza.

Tras ellos la noche,

la paz, la melodía,

los ojos cerrados.

Pies que se enlazan

con manos, y bocas 

y una armonía de cuerpos

incendiados.

Es el eterno retorno,

un ciclo de sueños, abrazos,

piel conectando y calor irradiado.

Quererse uno y querer,

hasta que nosotros se quede corto,

mayestático,

y creemos un nuevo plural.

Llorar y reír, adelante siempre,

y un coro magistral.

Que sea todo yo 

y todo tú frente a frente.

Que viva un amor 

reimaginado

y el amor me lleve.

Poema que nunca leerás

Te has ido
como llegaste.

Raro, repentino, inexplicable.

Un huracán de risas que deja, a su paso, un desastre.

"Y, si sale mal, recuerda

que siempre te tienes a ti mismo".

No soy todavía el lugar al que aferrarme.

No del todo. Lo seré algún día,

pronto,

y entonces recordaré esa tarde,

tu sonrisa, tus dientes, tus ojos.

Recordaré el torso suave, 

te oiré tararear y gritarme que no pare.

Me oiré reír como no había reído antes.

En mis manos, el eco de tu pelo;

y la visión de ti, mejillas ardientes,

fundiéndote en mí y yo quieto, muy quieto,

paralizado.

Muerto de miedo de hacerte daño. 

De cerrar los ojos y que desaparecieras,

te marchases

como al final te has marchado.