lunes, 1 de octubre de 2012

Viejos tiempos

El pasado 
nunca supo tan bien.
Éramos niños tontos,
que jugaban a hacer historia.
Empezamos
con lluvia,
y acabamos mojados.
Mojados. 
Empapados.

Nos quisimos.
Yo nos quise ser un cuento,
y tú eras la princesa dormida
en el castillo encantado.

En el pasado,
salado y dulce, ácido limón
y amargo, amargo.

Éramos niños tontos jugando,
y volábamos con el viento.
Nos creíamos eternos hijos
de algún Cupido olvidado.

Jugar a cartas no es lo mismo
si no conoces los palos.
Yo construí palacios ocultos
y poemas hechizados.
Jugué a ser tu héroe
y me convertí en tu villano.

Era un niño tonto jugando,

y volaba con el viento.
A tu lado era un gigante
y acabé siendo un enano.

Una moraleja triste.
Un "Fin" en tu pasado.
En el pasado. Salado y dulce.
Ácido limón y amargo,
amargo.

domingo, 30 de septiembre de 2012

He visto el cielo

El día en que salté al vacío
las estrellas me observaban
y reían, y callaban.
Aquellos pasos incontrolados,
mi ritmo cardiaco.

Era un acantilado y corrí,
me abalancé sobre él.
Puse en ello mi alma y mi voz,
mis dedos, mi último aliento.

Salté al vacío como saltan,
no lo sé, los ángeles al infierno.
La caída es larga. El aire frío.
Y el vacío, ese vacío. La caída...
Aún estoy cayendo.

Abajo, más abajo me espera
un cuento, de ojos mudos
y sonrisas desvaneciéndose.
Me esperan nuevos tiempos.
Podría tratarse de un futuro,
en el que tú no estás
y todo es desaliento.

Podría ser... Sí, podría ser eso.
Y puede que... Puede que algún día
llegue al suelo.

Interludio

Ser pájaro y no poder volar.
Notar un peso en el estómago,
un peso. Una gran losa de piedra
y agua y sal allí encerradas.

Notar soplos de aire
y algo que sube y baja.
Un espejismo de vida.
Una estrella fugaz, un mal deseo.

Un cielo despejado, ¡mira!
Algo ha pasado y no lo veo.
Lo he visto y olvidado, y ahora...
Ahora no lo recuerdo.

O quizá sí. Quizá.
Sí, lo tengo aquí dentro.
Yo lo siento, lo siento.
Lo siento tanto, te quiero.

Una estrella en la noche,
un deseo. Una carta perdida,
una mirada y un silencio.

Un silencio.

jueves, 12 de abril de 2012

Tercer Acto.

La primavera ha llegado y yo apenas me he dado cuenta. Flores rosas inundan la ventana de mi habitación, y dan un toque azucarado al ambiente lluvioso de la calle. El cielo está cubierto por un manto blanco.

La luz entra en mi cuarto, iluminándolo desganada. Mis manos, ya de por sí frías al tacto, están congeladas en esta tarde de abril. Con la última nota del segundo trimestre, se cierra un ciclo frenético, acelerado, que me ha llevado a empujones de los brazos del invierno (con su azul pálido y su sensualidad fría) a los pies de una estación que no acaba de despuntar todavía.

En esta tarde helada, algún triste podría preguntarse si no será que la primavera ha muerto antes de acabar de nacer; si no nos esperan tres meses más de invierno antes de que llegue el verano ansiado y aún lejano -tan lejano-.

No, la primavera está aquí. Tú lo sabes: la has acunado en tus brazos y te ha acunado a su vez en esas noches de intimidad y risas. Esta semana está haciendo que olvides todo eso y te plantees, como ese pobre triste, si volverás a sentir tus manos caldeadas posarse en la piel deseada y ahora distante -como el verano-.

No tengo respuestas. Evito, quizá por eso, hacerme preguntas, y no siento el menor deseo de hacértelas a ti. Prefiero el silencio tranquilo, arrullado por la recompensa del reconocimiento al esfuerzo realizado. El silencio que subyace a las palabras que buscan reconfortarme y a las bromas bien dirigidas, un silencio que rebosa amistad y buenas vibraciones.

La primavera está aquí,
al otro lado de mi ventana.
Ojalá pronto invada mi cuarto
y, de paso, mi alma silenciada.

miércoles, 11 de abril de 2012

6,1

Y entonces llegó,
arrastrándolo todo.
Un viento helado,
una venda sobre los ojos.

El hundimiento.
La frustración total.

Reparto los trozos que quedan
en noches de vigilia
y mañanas de Joan Dausà.

martes, 21 de febrero de 2012

Born to die

La libertad bien entendida
te hace volar en la cama,
soñar en la calle,
sonreír por la mañana.

La libertad bien entendida
es un beso inesperado,
unas vistas nocturnas,
un San Valentín enamorado.

Comienza el viaje y lo hace desatado,
mirando al frente, siempre al frente
y a los lados. La libertad,
bien entendida,
se confunde con el cielo
y con el olor a mar.

jueves, 12 de enero de 2012

Primeras impresiones

No recordaba
el color del mar en invierno.
Ese turquesa infinito,
de calas sureñas y olas suaves.

No recordaba
cómo ver el cielo sin alzar la vista;
cómo nadar sin moverme,
cómo hablar sin palabras.

La sencillez del banco
y toda la gente que pasaba.
La belleza que nace del tiempo,
cuando pasa y te acaricia
y se va sin decir nada.

No lo recordaba.

miércoles, 11 de enero de 2012

Año nuevo, vida nueva

Intento recuperarme.
A través de fantasmas olvidados
y notas que los transportan:
melodía triste, bloqueada.

Bloqueada.

Intento escribir algo, escribirme,
y apenas consigo una estrofa.
Otro verso.
Nada.

Soy la sombra de mí,
aquél que no consigue lo que busca.
Ahora no soy más
que una broma mal gastada.