sábado, 8 de enero de 2011

Último poema no-leído

Todo se estropea.
Se acaban los besos y quedan
los poemas no leídos,
las palabras nunca dichas.

Toca que mueva ficha y no lo hago.
Porque me aburre reiniciarme.
Búscate a otro crío. Enséñale lo básico.
Que aprenda a complacerte y lo haga bien.

Qué cansado. También podría, no sé,
cambiar de estereotipo. Buscarme a un tipo listo;
un rival y no un alumno.
Alguien con quien ser uno y uno; nunca dos.
Qué sé yo.
Alguien con carisma.

Que conozca La Casa Azul.
Que no viva pegado a un móvil
y lea novelas en inglés.
Que me escuche cuando hablo, sin analizarme,
ni responder con algo sobre él.
Que hable de cosas interesantes
-pero sin pasarse-.

Todo se acaba, claro.
Sería tonto si me enfadase o sintiese triste
en vez de reírme como lo hago.

Un beso y adiós,
y hola al nuevo candidato.
Hay cosas que empiezan de nuevo
cuando se vuelve necesario.