Te deseo.
Deseo incendiar mis manos
en tu pelo.
Deseo que nos reinventemos
por la noche,
que nos desconozcamos siempre.
Ansío que me encuentres
entre tus piernas,
abrasándote las entrañas.
Ansío escalar tu cima y coronarte:
ser el rey de tu cuerpo.
Quiero ser la ruta
y que tú seas mi destino.
Quiero allanar
las piedras en tu camino,
con andar certero y decidido.
Quiero que seas mi día de sol
y yo tu tormenta de verano.
Que tú y yo lo seamos todo:
cielo y nubes,
lluvia y rayos.
Tengámonos esta noche
y, con tenernos, quizá
nos convirtamos en todo y nada,
y sexo y cigarros.
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