jueves, 9 de mayo de 2013

8 de mayo (II)

Tus ojos entrecerrados, apenas despiertos,
son ventanas que encauzan el sol.
Son luz de mañana y aire fresco,
son un cielo sin nubes, son...

No sabría decirte.

Me baño en tu mirada,
y prefiero pensar menos
y sentirte.

Notar cada milímetro de ti en tu cama,
en la ducha, en cada estancia. Prefiero
no saber nada; dejarme llevar,
y que reinen tu mirada
y mi mirada. Nuestras piernas entrelazadas,
tu cabeza en mi hombro y mis manos
explorando tu espalda.

Eres la apoteosis de lo desconocido.
Un torrente de sentidos potenciados,
de tiempo transcurrido en todo
-o en nada-.

Eres darle importancia a una taza de café;
una crêpe y una velada.
Eres,
no lo sé,
el poder de la palabra.

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