Siempre nos queda el silencio.
Cuando lo que está por decir
se nos duerme dentro,
se quedan
en mi boca y en tu pelo las palabras,
como sobres por abrir.
Abril atrás
y mayo en nuestros brazos.
Primavera de un año vital,
que no nos esperábamos,
nos verá callados. Nos verá
y no podrá decir dónde comienza quién,
dónde nos terminamos.
Somos fusión y calma;
tranquilidad de versos inacabados.
Soy ideas enterradas ya,
la vista al frente
y una mirada clara.
Siempre nos queda esto:
este callar y sabernos hablados,
este silencio agradable
que nos acaricia los brazos
y la cara.
Me quedas tú
y tu nariz,
tus ojos, tus labios.
Me faltan las palabras
y los besos
y las manos.
Siempre me queda el silencio
y tú para llenarlo.
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