El silencio de la espera.
Las miradas furtivas a la pantalla muda.
La tensión sutil, el pensamiento esquivo,
los suspiros que despierta la duda.
La duda eterna, pesada y sofocante
y, a la vez, puede que necesaria.
El silencio de la espera.
Y, tras la espera,
(sólo quizás)
una calma tan azul como los mares de Irlanda.
1 comentario:
Siempre es un placer leerte!
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