Querido diario:
Estoy en el paraíso. Luce un sol radiante y el cielo está terriblemente azul. El ambiente es de paz y fiesta a la vez.
Las ondas que forman los barcos, al pasar por el canal, me recuerdan que añoraba esto. Echaba de menos mirar por el balcón y ver nuestro velero, a dos metros de distancia; el amarre, con sus baldosas rojas un poco desgastadas; este viento fresco que lo aligera todo, incluso las penas propias.
Ampuriabrava es hermosa.
Me queda aún una semana de vacaciones por delante -mi única semana de vacaciones este verano-, y pienso disfrutarla al máximo. Atrás quedan, por ahora, muchas cosas en las que prefiero no pensar.
Un sms que no llegué a enviar para esa persona a la que quiero tanto, añoro más y temo el doble. Una voz extranjera que no sabe nada. Mi cambio de acera, joder.
Cada día que pasa, me conozco menos.
2 comentarios:
Que bonita narración, me hizo sentir de pie en ese balcon a pesar de que aqui cae la lluvia.
Saludos cordiales.
Dejar de pensar un rato en lo que no nos hace bien son las mejores vacaciones...
Besos :)
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